sábado, 2 de julio de 2011

Las cosas de Palacio van despacio...

Parece ser que Alberto de Mónaco, se ha tomado al pie de la letra el famoso refrán "las cosas de Palacio, van despacio" y es que, hoy 2 de julio de 2011, ha contraído matrimonio a sus 53 años con la sudafricana Charlene Wittstock. 
Mónaco hacía más de 50 años que no disfrutaba de una Boda Real desde que Rainiero y Grace se promerietan amor eterno. Una boda que pasó a la historia como el primer enlace real retransmitido por televisión al mundo entero y que convirtió al pequeño país de la Costa Azul, en el destino de más glamour y con más ricos por metro cuadrado.

Aunque oficialmente ya son matrimonio, puesto que en la tarde de ayer se ofició una discreta ceremonia civil, con la posterior celebración en el Hotel Hermitage repleta de regios invitados de las Casas Reales de Europa, y con concierto incluido del francés Jean Michelle Jarre.
Ha sido a las 5 de la tarde, cuando se ha desvelado el secreto mejor guardado de toda novia que se precie, el vestido, una fantástica creación del italiano Giorgio Armani, que ha causado sensación entre los asistentes pues ha lucido una gran cola de 10 metro y ha sido confeccionado con más de 20.000 cristales Swaroski y 30.000 perlas doradas.
Curiosamente no ha lucido ninguna joya de la añorada Princesa Grace, aunque el pelo estaba decorado con una bellísima tiara desmontable, que recogía el moño.
El novio, la esperaba en el Palacio de los Grimaldi, donde se ha oficiado la ceremonia religiosa, elegantemente vestido de blanco uniforme.
Aunque ha sido una bonita misa, personalmente me ha parecido un tanto fria la actitud de la pareja, pues los novios se han caracterizado por lucir un rictus un tanto serio.

Una vez finalizada la boda, han saludado al pueblo monegasco y se han dirigido a la iglesia de Santa Devota, patrona del Principado, donde la novia ha depositado el ramo nupcial, compuesto de orquideas y de proteas rosas, la flor nacional de su país.
Y como toda Boda Real, han causado gran expectación los invitados, pues han tenido presencia representantes de 28 casas reales, importantes exponentes de la moda, entre los que se encontraba el diseñador del vestido que ha acudido acompañado de su sobrina Roberta, cantantes, actores...una gran variedad de invitados habituales y no tanto en este tipo de eventos.
 Pero entre más de 3.500 invitados, han habido destacadas ausencias, una de las más comentadas y no exenta de polémica, ha sido la de la Familia Real española, pues aunque estaba invitado el Rey, que se encuentra convalenciente de la reciente operación, no ha acudido ningún representante.

Finalmente, los fastos finalizarán con una cena servida por el mejor chef francés, Alain Ducasse en las terrazas de la Casa de la Ópera Garnier.

No me queda más que desearles un feliz matrimonio, y como dice la ceremonia religiosa, "lo que ha unido Dios, que no lo separe el hombre".

Próximamente os hablaré de más detalles de la boda, pues un evento así merece más de una entrada.






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