martes, 22 de noviembre de 2011

Los herederos al trono de Francia

Hace tiempo que me rondaba por la cabeza dedicarles un post a esta elegante pareja, pero no encontraba el momento oportuno para escribirlo, hasta que este mes, en la edición de noviembre de Vanity Fair, revista de la que soy gran seguidor, pues considero que hace grandes reportajes a personajes interesantísimos, le dedicó a Luis Alfonso de Borbón diez páginas además de la portada, con unas fotos de Becker que me parecen absolutamente maravillosas.
El reportaje lleva el título de VIVA EL REY LUIS XX, pues ese es el nombre que adoptaría en caso ocupar el trono francés. Aunque parece algo surrealista para un país que disfruta de la república de una manera más que consolidada, el trabaja abnegadamente como reconocido heredero de los legitimistas, lo que le lleva a viajar con asiduidad a la capital francesa.
Pero no es el único que opta a tan preciado "puesto" pues en la oposición se encuentran los orleanistas con el conde de paris a la cabeza, que consideran que en el hipotético caso de que se restaurara la monarquía, debería ser Enrique de Orleans el que se coronara como Rey de Francia.

Para Luis Alfonso se trata del legado más importante heredado de su padre el Duque de Cádiz, tras su prematura desaparición. Siendo el Duque de Anjou menor de edad, era representado por su abuela Doña Emmanuella Dampierre, Duquesa de Segovia y viuda del Infante Don Jaime. Una elegante señora italiana de ascendentes franceses, que no se libró de las críticas y las polémicas por su tormentoso matrimonio y por su posterior relación como suegra de Carmen Martínez-Bordiu.


Pero cuando realmente su vida social adquiere un mayor interés y es el reclamo de las más elegantes y sofisticadas fiestas del mundo es a partir del 6 de noviembre de 2004, cuando contrae matrimonio con la venezolana Margarita Vargas Santaella, varios años más joven que él, en la república Dominicana.

Ella para nosotros era una autentica desconocida, pero se trata de la hija de un acaudalado empresario y banquero de Venezuela, y como no podía ser menos, la fiesta estuvo a la altura de las circunstancias. Los jóvenes se conocieron en la boda de la hermana de ella, María Victoria, pues él acudió como amigo del novio Francisco d´Agostino, hijo de una española. 

La ceremonia se celebró en la capilla de San Estanislao de Cracovia, donde los 1.570 invitados presenciaron la misa. Posteriormente se trasladaron a los jardines de una de las propiedades de la joven, concretamente en La Romana, donde fue servida la cena y amenizada por artistas de la talla de Juan Luís Guerra, Los del Río o David Bisbal entre otros.

En definitiva, un enlace de los que hacen historia, por un lado ella aportaba dinero al matrimonio y él el rancio abolengo de la aristocracia europea tan deseado entre las clases pudientes del continente americano.
Para la ocasión la novia lució un diseño de los modistos sevillanos Victorio y Lucchino, confeccionado en raso y chantillí y con cuatro metros de cola. Por otro lado, la mediática madre del novio llevó un llamativo vestido de Galliano, acompañado de la tradicional y elegante peineta y mantilla española.

Durante los primeros años de matrimonio, la pareja se estableció en el país de origen de ella, donde él desempeñó una función importante como directivo en el Banco Occidental de Descuento, presidido por su suegro, lo que le obliga a viajar con frecuencia por las ciudades más importantes de la República Boliviana. Pero ha sido este año cuando Luis Alfonso y su esposa Margarita, decidieron cambiar de país de residencia y se mudaron a Madrid, junto a su hija de 4 años y sus dos mellizos de 18 meses.
Para la joven venezolana el cambio ha sido brusco, pues dejar a la familia nunca es fácil, pero se ha adaptado y es consciente de que es un cambio necesario y positivo, pues pueden dar una mejor educación a sus hijos y las conexiones con Francia son mucho más fluídas, lo que ayuda a cumplir con los deberes del heredero legitimista, según explica en las declaraciones ofrecidas a Vanity Fair.


Los acontecimientos no paran y esta semana, se encuentran inmersos, sobre todo ella, colaborando en el Rastrillo de Nuevo Futuro. Acto que reune a un sinfín de caras conocidas, de potentados empresarios, ricas herederas o destacados personajes de la aristocracia, con el objetivo de recaudar fondos para los más necesitados.
En la presentación estuvieron acompañados de la Infanta Doña Pilar, hermana del Rey, y que ostenta la presidencia de honor del Rastrillo.


Personalmente esta pareja me tiene ganado, son el símbolo de la jet set del siglo XXI, jóvenes educados, formados y preparados, con une educación estricta y con la discrección por bandera, un valor que parece olvidado en la actualidad.


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