martes, 4 de octubre de 2011

Catorce años de feliz matrimonio

Hoy se cumplen catorce años de uno de los acontecimientos más importantes que vivió la ciudad de Barcelona después de las recordadas Olimpiadas del 92, concretamente hoy se celebra el aniversario de la boda de S.A.R la Infanta Cristina con el deportista vasco Iñaki Urdangarín.
Ella, segunda hija de SS.MM los Reyes de España, gran aficionada al deporte y él, un deportista de élite, hijo de una familia acomodada del País Vasco.
La afición mutua por los deportes hizo que el destino los uniera, aunque lo llevaron de una manera muy discreta pues no fue hasta el mismo día del comunicado oficial realizado por la Casa Real, cuando nos enteramos de la relación que mantenían.
Ante la sorpresa de todos los españoles, Barcelona iba a ser la ciudad escogida por la Infanta para llevar a cabo tan importante día, pues la Ciudad Condal significaba para ambos algo importante.
Por un lado, la Infanta Cristina residía en ella desde 1992 donde se trasladó para entrenar con su equipo con motivo de las Olimpiadas y las circunstancias le llevaron a ir alargando su estancia hasta convertirla en su residencia habitual y lo mismo ocurría con Iñaki Urdangarín, donde entrenaba diariamente con su equipo, el Barça de balonmano.
La boda se celebró la soleada mañana del 4 de octubre de 1997; con 1500 invitados entre los que destacaban los representantes de las diferentes monarquías, tanto reinantes como Bélgica, Holanda, Suecia o Noruega, así como también representantes de las familias reales de Rumanía, Bulgaria, Rusia, Brasil o Italia.
Entre los invitados, destacó la Infanta Elena, pues personalmente considero que fue una de las más elegantes. Fue en este evento donde se demostró el cambio radical que estaba experimentando su estilismo desde que contrajera matrimonio con Don Jaime de Marichalar.
La novia lució una magnifica creación de Lorenzo Caprile en color blanco roto, confeccionada con seda tejida en antiguos telares en la ciudad de Valencia, donde hay una gran tradición en el uso de este tejido en su traje regional.
La cola, de 3.25 metros, iba bordada con motivos florales y para completar y ensalzar la belleza del diseño, la Infanta Cristina lució una espectacular diadema rusa del siglo XIX que pertenece a la Reina, acompañada de unos pendientes de medio aro con unos diamantes en talla brillante, también del siglo XIX que pertenecieron a la reina Victoria Eugenia y que posteriormente fueron regalados por la Condesa de Barcelona a la reina Sofía.


La ceremonia se ofició en la Catedral de Barcelona, el novio hizo su entrada a las 10.40 acompañado del brazo de la madrina, Doña Claire Liebaert, la cual lució un  elegante vestido en dos piezas en color visón.

Minutos más tarde, y del brazo de su padre, SM el Rey, hacía la entrada la Infanta Cristina bajo los acordes del himno nacional, y los aplausos de fondo de los miles de catalanes que se agolparon en los alrededores.

Fue una ceremonia cargada de emotividad y donde pudimos ver la complicidad y el amor que se profesaban los novios.
Tras finalizar, los novios montaron en el coche que les paseó por las calles de Barcelona hasta el Palacio de Pedralves donde se obsequió a los invitados con una comida servida por más de 300 camareros.

Desde este blog, quiero dar mi más sincera enhorabuena por los 14 años de matrimonio y mis mejores deseos para que continúen celebrándolo con el mismo entusiasmo y la misma alegría que en 1997.

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